Presentación  de la Crítica de arte Marianne de Tolentino – 1993 – Inicio de la carrera de Osiris Gómez

La década de los 90 ha iniciado su marcha hacia el tercer milenio con el surgimiento de muchos artistas jóvenes, a veces muy jóvenes, como lo atestiguan los últimos concursos nacionales. No faltan quienes objetan ese brote de nombres nuevos y vaticinan que la cantidad irá en detrimento de la calidad. Creemos que es una afluencia positiva, común a toda América Latina. Sencillamente quedarán y seguirán los «noveles» verdaderamente serios, decididos e investigadores, los artistas al fin… Casi siempre los talentos emergentes empiezan con un certamen, unas colectivas, y, un buen día, dan el gran paso: la exposición individual. Existen casos, en los que ejercen primero una actividad considerada en nuestro país como «paraartística», así el diseño y la publicidad. Osiris Gómez hace una entrada a la pintura por la «puerta grande», ya que expone individualmente en la Casa de Bastidas, bajo los auspicios del Voluntariado de las Casas Reales. Se siente en él esa «decisión» a la cual estábamos aludiendo. Ha sopesado mucho la preparación y la presentación de una muestra que revela a una personalidad totalmente diferente de su práctica expresiva y estilística acostumbrada. Desde que observamos su obra pictórica, percibimos la seriedad y el convencimiento, igualmente el deseo de profundizar la propuesta plástica en su realización técnica, en su alcance estético y en su mensaje espiritual. Le atrae un surrealismo matizado de simbolismo, un imaginario fantástico dotado de su propia mitología. No le basta el dominio del dibujo, él quiere alcanzar un cromatismo de matices rebuscados, con efectos luminosos intensos.

Osiris Gómez es un joven sincero, preocupado y trabajador. Son virtudes muy favorables para una carrera de artista. Estaremos atentos a su trayectoria profesional en la pintura.

Marianne de Tolentino Santo Domingo, 4 de marzo de 1993.