Pintor Surrealista
Pintor Surrealista
Escritos Importantes
Sobre mí
Nací en Puerto Plata, República Dominicana, lugar donde el ritmo de tambora, los cocoteros, el baile del merengue, el transitar de su gente y la vegetación acuarelada de sus campos, impusieron en mis padres, una enseñanza que más adelante ellos procurarían en mí, para mostrarme los caminos que debía recorrer en la vida. Aun siendo un niño de apenas 1 año de edad, nos mudamos a la ciudad de Santo Domingo, suceso este que llenó de preguntas que nunca pensé me llevarían a transitar el camino misterioso y subjetivo de la realidad que me envolvía y me acercaba de forma incesante a otros estadios mentales, todo esto sería el principio de una lucha por entender el porqué de los acontecimientos que ocurrían a mi alrededor, el porqué de nuestras razas, nuestras costumbres, tradiciones, elementos sociales y culturales que nos unen y nos asemejan como país a otros de la región, así como también del continente suramericano. Cuando empecé a observar detalladamente el cabello, el color de la piel de mi padre, de mi madre, y la gente que veía transitar en mi entorno, en fin, de los dominicanos, fue cuando entendí que somos el producto de una mezcla racial, algo que muchos ignoraban, como era mi caso.
Mi preocupación por describir esa realidad después de haber estudiado arte, me llevó a adentrarme en la investigación de muchos aspectos de nuestros antepasados, apareciendo en esa búsqueda, costumbres, símbolos, mitos, indumentarias, etc., imponiéndose todo ello a la forma que realizo mis obras, en un estilo simbólico y surreal, definiendo así mi personalidad como artista.
Los dominicanos tenemos una rica cultura que nos amplía el espectro cromático de nuestras obras pictóricas, ya que además de ser latinoamericanos, también estamos conformado por acontecimientos históricos en donde participaron muchas razas, entre ellas blancas, negras africanas, mulatas y nuestra raza aborigen.
¿Cómo he manejado este reto cultural?
Sin poner oposición a las emociones que emergen de mis convicciones, en el sentido de como veo la historia que nos ha conformado, viendo como nos da su legado y nos invita a reflexionar sobre ello, mi obra me obliga a defender lo mejor de cada acontecimiento en el tiempo y a preservar los valores estéticos sin negar la libertad que como artista necesito para hacer trascendente mi obra, bajo el respeto que siempre he tenido a los preceptos del arte en la forma que la historia en tal sentido nos ha enseñado.
Nuestro país es rico en monumentos coloniales y yacimientos arqueológicos, observarlos nos muestra un fragmento de nuestra historia, haciéndonos vivir en otro tiempo paralelo al que tenemos en frente, la Catedral Católica Dominicana es la primera en toda América y símbolo de nuestra herencia hispánica, de la colonización universal.
Mi preocupación por describir esa realidad después de haber estudiado arte, me llevó a adentrarme en la investigación de muchos aspectos de nuestros antepasados, apareciendo en esa búsqueda, costumbres, símbolos, mitos, indumentarias, etc., imponiéndose todo ello a la forma que realizo mis obras, en un estilo simbólico y surreal, definiendo así mi personalidad como artista.
Los dominicanos tenemos una rica cultura que nos amplía el espectro cromático de nuestras obras pictóricas, ya que además de ser latinoamericanos, también estamos conformado por acontecimientos históricos en donde participaron muchas razas, entre ellas blancas, negras africanas, mulatas y nuestra raza aborigen.
¿Cómo he manejado este reto cultural?
Sin poner oposición a las emociones que emergen de mis convicciones, en el sentido de como veo la historia que nos ha conformado, viendo como nos da su legado y nos invita a reflexionar sobre ello, mi obra me obliga a defender lo mejor de cada acontecimiento en el tiempo y a preservar los valores estéticos sin negar la libertad que como artista necesito para hacer trascendente mi obra, bajo el respeto que siempre he tenido a los preceptos del arte en la forma que la historia en tal sentido nos ha enseñado.
Nuestro país es rico en monumentos coloniales y yacimientos arqueológicos, observarlos nos muestra un fragmento de nuestra historia, haciéndonos vivir en otro tiempo paralelo al que tenemos en frente, la Catedral Católica Dominicana es la primera en toda América y símbolo de nuestra herencia hispánica, de la colonización universal.